Pasó el tiempo y ahora no era ella la que me decía que me quería, ya casi no me hablaba y en ocasiones parecía estar incómoda a mi lado, ahora era yo la que juraba amor y un futuro juntas.
Yo sufría a su lado pero tampoco quería alejarme de ella, ser feliz a su lado era todo lo que deseaba, me daba igual lo mal que tuviera que pasarlo o lo mucho que me rechazara, no me rendiría.
Un día me miró a los ojos, como aquella noche en la que me dijo que me quería, y me dijo que había sido muy buena con ella, me agradeció que estuviera a su lado incluso cuando ella no me quería ni ver, me perdono mis errores, mis traiciones y mis promesas incumplidas,y entonces me dijo lo más triste y lo más bonito que me habían dicho nunca:
"Estoy convencida de que eres un ángel, pero lamentablemente los ángeles están destinados a cargar con otras almas y morir solos"
Entonces yo le respondí.
"Si eso es así, me cortaré las alas. Nada ni nadie se interpondrá en mi camino del amor, seré libre de amar y de ser feliz, sin tener que cargar con almas moribundas"
Y corté las alas que me habían convertido en esclava de las almas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario